La diferencia de clases podría mostrarse por las propiedades acumuladas, sin embargo, el trabajo de las personas es para comprar un bien o servicio. Es natural en el ser humano querer tener algo suyo, algo propio. Actualmente, las compras por internet se están convirtiendo totalmente en servicios, en los cuales las personas no son dueñas de sus bienes — solo poseen alguna licencia, muchas veces con limitaciones de tiempo, términos de uso, entre otras cosas. Al final, las grandes corporaciones son las únicas que ofrecen esos servicios, mientras que las empresas medianas, pequeñas y las personas naturales se convierten en clientes licenciados.

Ese giro en el juego hace que la división de clases empeore y, con el paso del tiempo, se vuelva aún mayor. Con la experiencia y la retroalimentación de las personas, las grandes empresas mejoraron y enfocaron aún más sus servicios, dejando a las empresas medianas y pequeñas fuera del juego — sin ser intermediarias en el uso productivo de los servicios, ni complementando los servicios — ya sea porque las grandes empresas limitan sus términos de uso, o porque ellas mismas ofrecen cualquier complemento.

Entonces, ¿el sueño será conseguir una vacante en una gran corporación? Lamento decir que no. Otro gran cambio de nuestro tiempo también contribuye a esa diferencia de clases: la inteligencia artificial será utilizada por las grandes corporaciones, mientras que las personas serán despedidas de sus trabajos. Solo quien pertenezca a las familias dueñas de esas corporaciones, o quien sea lo suficientemente inteligente para mejorar la inteligencia artificial o mantener su infraestructura, podrá tener una vacante de trabajo — claro, hasta que la propia inteligencia artificial sea capaz de mejorar su propia infraestructura y hardware.